El título lo estoy pensando

Nunca había sentido tantas ganas de salir a caminar como ayer. Me calcé mis pantuflas de Sunday Morning, anudé el cinto de la bata, me acomodé los Ray Ban legado de mi viejo y salí. El Febo matutino estimulaba la desintegración de mis radicales libres y asimismo, comoquiennoquierelacosa, me alquilaba paz. Inhalé tres veces, inflé la cavidad torácica y doblé a la izquierda. Al ritmo del taca que te tacacle pantuflié cuadras y cuadras.
Iba pensando en que tenía ganas de pensar en algo. De repente advertí que no tenía nada en que ponerme a pensar. Entonces pensé que si no tenía nada en que pensar era porque ya había pensado demasiado. En consecuencia empecé a pensar por qué siempre estoy sediento de pensar, por qué lo necesito. Qué me motiva a pensar y hasta repensar las cosas.Cuál es el costo de pensar y ultrapensar. Cuál?...
Seguía pensando sobre esta encrucijada del superpensar cuando sentí frío en los pies y caí en la cuenta (más bien observé) que había perdido las pantuflas. Ahí entendí.

11-9-2010, Bragado, Argentina