No entiendo lo grotesco y protesto. Las bases que se derrumban y los caprichosos esbozos de aleteos. Mi velocidad de la mano de un reloj y tu lentitud que poco a poco se hace carne. Los ojos que se emancipan. Tu siempre vigente retrato que yo me atrevo a categorizar como un todavía.
Todavía una hoja.
Todavía una mañana. Todavía un par de cuerpos.
Todavía la conexión y las valijas preparadas.
Todavía mis sensaciones y tus dedos.
Todavía
y toda la vida
todavía.
10-12-09 Buenos Aires, Argentina