De escobas y rotundos

Mientras yo barría el piso roído de la cocina, Andrea dormitaba (cómodamente incómoda) apoyada sobre la mesa contigua al televisor. El noticiero de la noche informaba que en el último estudio realizado por la Universidad de Tiametoxán se había comprobado fehacientemente que ocho de cada diez parejas de jóvenes menores de 35 años, no lograban superar los dos primeros años de relación amorosa- rechoncha. Sordamente me pareció que Andrea había mascullado algo pero de todos modos no entendí. Giré mi cabeza y me detuve a mirarla con sus ojos cerrados y, como tantas otras veces, me quedé pensando en lo hermosa que ella era. Me acerqué y comencé a acariciarle la nuca y el cuello de su espalda lomada. Otra vez tuve la sensación de que murmuraba algo pero tampoco comprendí. Mientras la TV se perdía en las pautas publicitarias noté que el piso seguía sucio. Tomé la escoba y me puse a barrer nuevamente, pero ya con un poco menos de interés.






22 de febrero del 2011. Sao Paulo – Brasil.