Yuxtaposiciones asimétricas


Cruzó la línea, se puso a pensar. Cruzó la línea o se puso a pensar. Cruzó la línea y se puso a pensar. Se puso a pensar que era inoportuno, que ya era muy tarde para pensar. Que ya la línea era comisura, ganas de una cosa que no fue. Humo que se va. Entonces quiso reír. Y no porque tenía unas ganas emergentes y urgentes de reír (no, no). Sino sólo porque así lo quiso. Porque la risa es catalizadora a un cacho de dicha o en el mejor de los casos disimula. Disimula el miedo, el nerviosismo. Y también camufla la malevolencia (aunque este no era el caso).
Pero por qué Leticia cruzó la línea. ¿Quién era Leticia? ¿Qué vendría a ser una línea? ¿Cómo te graficás que la cruzaste? Well, step by step.
En el mundo de los límites, comportamientos y excesos, las líneas nunca existieron como tales. No tienen espacio, son amorfas. No son blancas como pensás, ni siquiera rectas. Las líneas son yuxtaposiciones asimétricas de formas circulares, cuadradas, triangulares y en su mayoría deformables. Fueron intencionalmente inventadas, de calibre no cuantificable y de aspecto incualificable. Es por esta razón que resulta sumamente obvio y práctico darse cuenta cuando uno las cruza. Así que con tranquilidad marchemos con ligereza.
En cuanto a Leticia sólo puedo informar que ella era mujer por propia decisión (porque también podría haber sido un hombre).
Y por último ¿Por qué Leticia cruzó la línea? La cruzó por que ella no puede asimilar las sillas ni los sillones. Porque las cosas te vienen y ella quiere saber si hay más y qué más hay. Porque se siente un organismo planctónico en el mar. Porque Leticia no coincide con los que dicen “la vida es así”. Ella exclama que la vida es así nomás y porque la vida es así nomás se inventaron las líneas. Para poder cruzarlas y volver (o bien quedarse del otro lado)




9 de Mayo del 2011. Junín, Argentina.