¿Pero qué más podría hacer? Me pregunto y empiezo a escribir
lanzado como por un disparo. Leo y analizo dicha cuestión entre signos de
pregunta y se me va pasando el rato (y me siento un tipo que como hobby acostumbra a perder el tiempo). Los
adolescentes que no se decidían por cual carrera estudiar ya van recibiendo su gran
título y los otros, los que no estaban conformes con sus trabajos ya
renunciaron, se hicieron las valijas y salieron a viajar per il mondo. Me acuerdo casi a la perfección cuando fue la primera
vez que me largué a llorar, no era ni siquiera un bebé (eso sí, no tengo ni idea
de cuándo fue la última vez). Soy inoportuno por naturaleza. Desubicado en el
afán por parecer consecuente y elocuente. Y mientras finjo tener noción de lo
que estoy escribiendo espero a que ella conteste (pero no lo hace y yo sigo
moviendo la lapicera como trompo describiendo todo lo que se me cruza por la
cabeza en momentos como estos).
Anoche iba caminando de
vuelta de una ida y tuve una revelación. Una fantástica revelación. Al fin entendí por qué el mundo no cambia su cruel y roja - carnosa esencia. Es
por la simple razón de que todo el tiempo está girando, yendo de acá para allá.
Girando sobre un giro, ¡Qué noche pasé! Mañana prometo tratarme mejor (quizás
logre volver a mirarme en el espejo del baño mientras me cepillo los dientes).
Existió un tiempo en que fui devoto de los souvenirs,
los juntaba de a montones, pero eso fue hasta que cierto día junté tantos que
no tuve lugar donde guardarlos (en las relaciones pasa lo mismo) (¿Podrá ser que no mande ni una señal?).
El Domingo pasado me dio mucha bronca
pensar en toda esagente que critica a
los Lunes. ¿Qué culpa tienen los Lunes si los pusieron justo ahí? Me parece muy
injusto, de última empecemos a pensar por qué los domingos a la tarde caen como
un elefante y los Lunes como dos ballenas (¿O no?). Igualmente hoy es Miércoles
por suerte. Supongo que mañanaseráotrodía
y también será Jueves (y ella como el Jueves). Punto final.
6 de Abril del 2011,
Buenos Aires