Los espejos

Los espejos brillaban de manera glamorosa. Las gentes se miraban, se reconocían y se lucían. Gentes de todo tipo. Gentes lindas y gentes feas; altas, bajas, de cabezas grandes y de sonrisas sin dientes. Gentes elegantes y gentes de ojos tristes. Y así desfilaban continuamente. Muchas gentes, en masas. Gentes de amontones. Los espejos se mantuvieron firmes. Inmutables nunca dejaron de brillar. Con todos los ojos clavados en ellos pero siendo conscientes de que nunca serían observados. A las gentes no les interesan los espejos en sí, sino sólo lo que quieren reflejar.



15-3-2010 Bahía Blanca, Argentina